24/1/09

INSULTAR CON ESDRÚJULAS

Siguiendo con su labor periodística revolucionaria, “El Mundo” reveló esta semana que Lucía Etxebarría atacó (léase hostias, intentos de estrangulación y zarandeos) a una inquilina de su casa de Lavapiés. No sé por qué pero cuando alguien dice que vive alquilada por Lucía Etxebarria, me inquieto. Encima, si te llamas Adoración (como la denunciante de Etxebarría), la cosa sólo puede ir a peor.

Uno se las imagina rollo “Revolutionary road” o “La guerra de los Rose”: la primera quería tener una casa molona, la segunda quería ser una escritora feminista de éxito. Y se van jodiendo sus sueños: que si una no paga la mensualidad, que si la otra plagia; que si a una le cambian la cerradura, que si la otra escribe para “Tampax”; que si una se ve obligada a soportar a otra persona en el piso, que si la otra posa semidesnuda y rechonchona. El gran fracaso de dos mujeres blancas, amigos. De pronto, reflotan los cadáveres y se lía gorda por unos durillos de ná. Lucía, cual buey desbocado (siempre pienso así a Etxebarria, puñando), engancha a Adoración y la “coge por el cuello y la golpea una y otra vez al grito de «Eres una parásita, te voy a hundir»”. A lo “Pressing Catch”, vamos…

Como saben, tratamos de defender la bofetada y el insulto como forma de expresión. Eso sí, hay actitudes que bordean lo ilegal. En una de sus “performances” habituales, esa fan de Bimba Bosé llamada Lucía Etxebarría nos ha dado otro motivo (y van…) para aborrecerla. No contenta con obligar a la pobre Adoración a “dejar el dinero del alquiler bajo el teclado” (bien, ¡qué se note que escribes, mujer!), la muy montuna la insulta con esdrújulas.

Vamos a ver: cualquier persona equilibrada que se caliente al nivel de la petarda esta, rugiría o combinaría improperios como “puta”, “arrastrada”, “zorra”, “ladrona”, “asquerosa”, “sucia”, “perra”, bastarda”, “putón”, “putilla”, “morosa”, “barata”, “guarra”, “pedorra”, “miserable”, “sinvergüenza”, “chupapollas”, “rastrera”, “buscona”, “ladrona”,… vayan añadiendo… eso sí, ¿encuentran alguna esdrújula?

Nada dice más de una persona que cómo insulta. Por eso, insultar con esdrújulas es de gilipollas (tome nota la narradora madrileña de este calificativo llano que debería aplicarse ya). ¿Quién se dirige a otra persona en un momento violento llamándola “parásita”? ¿Qué es lo siguiente: “anacrúsica”, “estúpida”, “ácrata”, “ínclita”, “aerófaga”, “parafílica”? No se puede vejar tanto a alguien y, menos, a uno mismo.

Lucia, después de plagiar varios libros, ¿es ahora cuando quieres parecer original?

18/1/09

LOS DISIDENTES

Me suele molestar la gente militante. Primero porque suelen dar la chapa y segundo porque, en realidad, la gente que milita en algo suele ser en algo completamente estúpido del que, probablemente, sólo vaya a sacar algunas decepciones.

El militante (sea en partido político, asociación cultural o club de fans de Bimba Bosé) encuentra dentro de la masa a un reducto de seres humanos que se sirven como vivificante canal abierto de amistades, actividades y una fuerte afirmación de sus creencias en alguien –un líder-, en algo –un bien cultural- o en alguien/algo –Bimba, la música, la modernidad-. Para pertenecer a él sólo se le exigen tres cosas: pagar una cuota y seguir unas sencillas reglas. En la medida de sus capacidades de liderazgo (de su chequera o de su simpatía)o de su afán de notoriedad y poder el simple militante puede trepar en la pirámide de la organización de sus amores ocupando diversos puestos de coordinación, poltrona o poder absoluto.

El militante puede nacer (alguien completamente convencido) o se puede hacer. El que se hace suele ser el más purulento y se obliga a militar en algún sitio porque piensa que la Asociación, partido o Club que ahora es pequeño dentro de unos años manejará el cotarro y, por lo tanto, su esfuerzo y lealtad actual será recompensada en el futuro con un carguito. Sólo así podría explicarse como conocidos personajes de la más pura derechona (Losantos, Piqué, Villalobos etc.) militaran durante una época en los grupos de extrema izquierda más sonrojantes o que personalidades del PSOE (Damborenea, Alberdi etc.) se hayan pasado sin la preceptiva ducha a las tertulias más derechistas y más cercanas al PP.

Antes de dar el salto estos personajes se convierten en DISIDENTES. Un estado embrionario de la ideología en la que el sujeto militante-pelota se convierte en un tocapelotas de la peor especie que lleva colgada una etiqueta (“Soy católico”) pero sostiene justamente lo contrario, que echa pestes de sus antiguos compañeros y que parece, por su actitud, ser el típico chiflado metido en la bodega de un barco con una caja de bombas dispuesto a hacer volar el navío si no se hace lo que él quiere. El disidente se empeña en seguir perteneciendo a una institución que lo repudia y lo veja continuamente (como a Gallardón) porque, como declamaba Richard Gere en Oficial y Caballero, “¡No tengo un lugar a donde ir!”. Aguantan el tirón lo necesario, se hacen los mártires, se autoflagelan públicamente, se arriesgan a ser agredidos…pero, cuidado, en la mayoría de los casos lo hacen para colgarse la etiqueta de “DISIDENTES” y reaparecer en otra organización disfrutando de un nuevo aire de “renovadores”, “revolucionarios” o “contestatarios” cuando en realidad lo que son, la mayoría de las veces, es un atajo de ventajistas dispuestos a cambiar de chaqueta con tal de seguir montados en el carro. Despreciables.

12/1/09

EL PODER CURATIVO DE LAS CASTAÑAS PILONGAS

El chat de “elpais.com” todavía guarda un documento siniestro que puede atacar a cualquier internauta desprevenido: un encuentro digital con Txumari Alfaro. Entre que la psoriasis está producida por “el no haber superado un conflicto de separación” o que para bajar de peso lo mejor es follar, el amiguete Txumari revela que si queremos mejorar la circulación sanguínea en las piernas hemos de acarrear una castaña pilonga en el bolsillo. No contento con dejar a la castaña ahí, quietica, este hombrecillo de barba canosa y talante herbáceo descubre que llevarla en el pantalón también puede ayudarnos a curar una almorrana. ¿Por qué no sigue y añade a la lista un tumor, el picor de huevos o los pezones irritados? No lo sabemos.

A ver. Recordemos todos juntos, como en “Barrio Sésamo”: la castaña pilonga es una castaña (¡toma definición!) secada al humo. Siguiendo con esta lógica de preescolar, la castaña es el fruto de un “arbolecillo” majísimo llamado “castaño”. Vaya lío. Un alimento cojonudo, rico en carbohidratos, que lleva ayudando al ser humano a sobrevivir desde el inicio de los tiempos y que se puede cocinar de mil maneras. Eso sí, Txumari, jodido, sus beneficios se producen ¡siempre mediante la ingesta! ¡Hay que meterlo en la puta boca! Pero ni aún así, amigo, ni jamando kilos y kilos, ni introduciéndose por la traquea miles y miles de unidades, posee este fruto el maravilloso don de arreglar almorranas o mejorar la circulación sanguínea.

O sea que imagínate el poder curativo que puede poseer el hecho de tenerla en el puto bolsillo.

Cero. Nada.

Habitar cerca de una mierda pinchada en un palo te va a arreglar más. El sujeto que, siguiendo los hábiles consejos del majadero éste, se coloque una castaña en el bolso esperando que su circulación mejore, debería ir comprando una silla de ruedas con motor.

Aunque, claro, la realidad es mucho más dura. El otro día, barra de bar delante, “gin-tonic” aprisionado, un amiguete y yo comentábamos esta historia. De pronto, una mano surgió de la nada con dos castañas pilongas. “¡YEJÉEEE, ZAGALES! Pues a mí “válenme” las castañas”. “Pues a mí, “ayúdanme””. “Pues a mí “díjomelo” mi abuela y “funciónanme””, repetía un enorme parroquiano con cara ofendida y mucha mala hostia. En lugar de enfrentarnos a él con un libro de Biología de primero de Primaria; en lugar de defender la ciencia como Galileo o Servet; en lugar de recomendarle que entrase en la Bimbapedia, ambos bajamos la cabeza y pedimos otra copa bien cargada.

A través del hilo musical comenzaba a sonar “Hysterical” de Bimba Bosé y los Cabriolets.

10/1/09

ANTONIO LOBATO

Decía el antropólogo Manuel Delgado que hay una fina línea cósmogónica que une la supervivencia de los pueblos al mantenimiento de sus tradiciones y que, si cortas estos lazos, es posible que estos pueblos se desintegren como azucarillos debajo de un chorro de absenta. Así, por ejemplo, se explicaría que Bimba, por ejemplo, tenga que dedicarse al arte pese a no tener unas dotes especialmente detectables en ninguna de ellas pero es que la muchacha tiene, por narices, que rendir pleitesía a la tradición “artie” que iniciara su abuelo en la tauromaquia y así hasta nuestros días.

Estos mismos hilos cósmicos o cosmogónicos que unen a los seres humanos con sus tradiciones (canibalismos, fundar un grupo llamado cabriolettes…) unen también a algunos periodistas con los famosos a los que tienen que entrevistar de una forma tan ferrea que de no existir los segundos las vidas de los primeros también se diluirían. Así es imposible entender a Jaime Peñafiel sin la existencia de la Casa Real o de la Familia Franco, a Chelo García Cortés sin la de la Isabel Pantoja post-Cachuli y, claro está, sería absurdo creer en que Antonio Lobato tendría la vida actual que tiene sin Fernando Alonso.

Lanzo aquí esta pregunta: ¿No os invade la chunga sensación de que, cuando Lobato entrevista a Alonso, el divino calvo se acerca mucho a la estrella del volante? ¿Qué en realidad va a perder el oremus por unos breves instantes y le va a besar en plenos morros como una fanática adolescente chiflada? ¿Por qué un tipo mayor se deja tirar a la piscina por Alonso cada año para decir como una nena “eres muy malo, tío, esto no era lo que habíamos hablado” y no le da una colleja?

Pues a mi me lo parece porque la amistad entre el ex calvo de Telecinco y el piloto asturiano ya rebasa lo que puede considerarse como una “relación profesional” para convertirse en lo que cualquier reggeaton de medio pelo y politono consideraría como “una obsesión”.

Ese Lobato clamando justicia contra Ron Dennis, ciscándose en los muertos de toda la familia Hamilton, focalizando su odio en el padre del británico, diciendo eso de “En Ferrari están locos por tener al mejor piloto de todos los tiempos en sus filas pero hay una mano negra que lo impide”…Lobato ha perdido la cabeza, por completo, hasta el punto de dirigirse a Alonso como “Magic”. “Magic”…¿No da bastante vergüenza ajena? ¿No había ya un “Magic” de color “noir” que jugaba al baloncesto? Este año, Lobato, ocupará puesto en La Sexta por ser el amigo pelota de Alonso. Esperemos que este año Antonio se comporte más como un comentarista y no como el preso recién llegado a un bloque de máxima seguridad.

8/1/09

NOTA IMPORTANTE

En Brasil, la palabra "bimba" significa "pirula".
No hay más preguntas, señoría.

23/12/08

LOS PERFUMES

Hubo un tiempo en que la colonia se llamaba colonia y olía a colonia. Las madres asentaban con ella a granel, remolinos. Eran Nenuco, Lavanda Puig, Myrurgia, Famos... Nadie regalaba colonias en Navidad, si acaso, en el Día del Padre, un frasco de Floïd o Varon Dandy y para el de la Madre, uno de Maderas de Oriente. Luego ya, puestos a gastar y elevar el nivel de tontería, empezaron a pesar en los sacos de sus Majestades frascos publicitados con nombre de Farala, Jacqs, Chispas, Aqua Velva, Bombón, Vetiber o, para pudientes y clases medias con pretensiones chic, Eau de Rochas (hagan piñón francés con la boca y digan de liaison: "odegochás"). Ahora, por colonias en google aparecen antiguos protectorados. Es porque se llaman perfumes. El perfume viene a ser el pariente rico de la colonia y, tacaño, se vierte a gotas o en vaporizador: suave rociada donde laten los pulsos. Las publicidades son tan escuetas y evanescentes como ellos. Lejos queda la jamona desesperada que buscaba a Jacqs a las bravas o "tenemos chica nueva en la oficina que se llama Farala y es divina". Ahora, Carolina Herrera anuncia sus olores con pareja híbrida y al susurro de "guan to chu guan tu guan Carolina Herrera guoman". Chanel nº 5, mito de sensualidad cursi con pretensiones de toda la vida (y sí, había que decirlo, olor a vieja dulzona y revenida) pretende en su publicidad que el botox que ha dejado a Nicole Kidman como un globo hinchado con helio, da para cuento de hadas. Allá ellos y sus linces creativos. Y ya, mis favoritos, los de hombres que de tan espesamente viriles y castigadores, untarían una docena de hogazas de pan para merienda: Olivier Martínez o el protoborde de Perdidos.

Los Reyes Magos protestan, y con razon, de que sus sacos pesen con tanto cristal. Que es etéreo, sí, delicado y caro (la esencia, ya lo dice el refrán, viene en envase pequeño), pero sumen todos los frascos de Cool Water, Agua Di Gio, Égïste, Pisson, Obssesion, Hugo Boss in Motion, Kenzo, Diesel, Tommy Hilfiger, Armani, Lacoste, Christian Dior y a ver si no tienen razón los de Oriente. Papá Noel es otra cosa, el tiene a los renos y quieras que no, ayudan lo suyo en el transporte. Y además va en trineo.

19/12/08

SERGI AROLA

Nadie querría que un cocinero hambriento le preparase la comida porque suponemos que el ansia, la salivación y la debilidad no son las mejores condiciones para manipular alimentos. Pero existe un apetito aún más devastador que incapacita del todo para el manejo culinario: el hambre de fama. Sergi Arola sufre una severa desnutrición de popularidad que le lleva a aceptar cualquier actividad no gastronómica que incluya promoción en los medios; posa desnudo, participa en aquel demencial reality llamado Esta cocina es un infierno (recordemos que las concursantes eran del nivel de Bárbara Rey o Bienvenida Pérez, sólo faltaba Bimba Bosé), saca a relucir su tenue pasado como guitarrista de rock (qué duro debió ser para el joven Sergi no triunfar entonces) o se apunta a Carta Blanca de La 2 para llevar a sus amigos más guays.

La penúltima turra mediática del chef molón ha sido poner su imagen al servicio de una colección de tarros y especieros «ideados por el propio Arola»: los envases están realizados en vidrio con tapa metálica y cierre hermético y los especieros ¡llevan el nombre de la especia! Dios mío, qué capacidad, qué visión, este hombre es el Leonardo da Vinci de nuestro tiempo. Ojo, Sergi acepta lo que le echen pero no a cualquier precio; piensen en el gozo y el éxtasis que supone para un hambriento de fama que una foto suya a media página aparezca, varias veces por semana, en el diario nacional de más tirada (con esa condición habría anunciado orinales, casitas de muñecas o colchones Restform).

A Sergi Arola lo llaman «cocinero mediático» y él tan contento. Se nota que está encantado de conocerse, y nos alegramos de ello porque la caridad bien entendida empieza por uno mismo. Siempre tiene a punto un gesto trascendente pero desenfadado para posar en las fotos y una frase profunda sobre esfuerzo, dedicación y amor a su profesión para las declaraciones a la prensa. Tiene que ser muy duro mantener esa pose todo el día. Me imagino que por la noche llegará agotado a casa y llorará amargamente en la soledad de su despensa. Debería guardar esas lágrimas en uno de sus tarros con tapa metálica; si algún día tiene fans, seguro que matarían por tan preciado líquido.

17/12/08

COMUNICARSE CON LOS MUERTOS

Tengo un problema. Cada vez que oigo a alguien decir que se comunica con los muertos, me siento identificado. El otro día, Brad Pitt aseguraba que, mediante el esoterismo, podía hablar con personas fallecidas. Qué jodío. Carburada por sus “sentimientos cósmicos” y por tres “gin-tonics”, una antigua compañera de la facultad me confesó que se sentaba a tomar café con su abuela muerta. Ah, y no debo olvidar a mi vecina de la escalera. La anciana se dirige a una foto de su marido cadáver y le repite “Qué sí, Manolo, que tienes razón. Ahora hay más hijos de puta que antes”.

Mi problema es que yo también le hablo a los muertos. A los animales muertos. Me ponen un entrecot en la mesa y, “ouija” en mano, trato de establecer contacto con él. Me acerco al “Museo del Jamón” y en lugar de admirar una serie de trozos de carne silentes y salados, siento que todos me dicen al unísono: “¡cómenos, huevón!”.

Eso sí, todavía soy capaz de discernir que esas voces provienen de mi cabeza (incluso utilizan expresiones autóctonas como “bizarro” o “tacto rectal”), para rápidamente salir de la ilusión y clavar mi cuchillo inmisericorde en ese hígado encebollado que previamente me susurraba “a veces, veo muertos”.

Esta sencilla habilidad racional parece vetada para una mayoría de la población. Ahí está el más allá, el más acá, los ectoplasmas, Cristo resucitado, la reencarnación, la energía transmutada, las señales en el poso de un vaso, los poltergeists… y la puta madre que los parió a todos. Esa meada de la pared no es tu tío que te quiere decir algo: se trata de tu amigo Carlos, el “mamazos”, fallando su objetivo. El ruido que oyes por donde normalmente andaba tu primo, no es tu primo: si fuese él oirías puto bakalao.

Asúmanlo; suponiendo que exista un más allá, allí no hay cobertura.

Además, ¿no se han planteado nunca que, de los millones y millones de muertos que nos abrasan con “Qué mal estamos”, “Tengo una revelación que hacerte” o “Los millones de tu tía se esconden bajo el colchón”, alguno podría decir “Joder, aquí vivimos de puta madre. Por fin perdimos de vista a nuestra familia de hijos de puta”?

Aunque, en el fondo, os comprendo. A mí también me gustaría que se dirigiese a mí el besugo que ahora acabo de trinchar… pero no suele ser así. Permanece callado, ensimismado mientras me lo zampo entero. Quedan de él los recuerdos (buenos, malos, indiferentes) y, por supuesto, la cuenta.

15/12/08

NACHO CANO

Pudiera parecer que la existencia de los gilipollas es una maldición que no trae más que inconvenientes para el buen funcionamiento de la sociedad en su conjunto y de sus habitantes en particular. Pero no. Por ejemplo, la existencia de Nacho Cano me ha reportado la inapreciable ventaja de ponerme a huevo una entrada de la Bimbapedia. No tengo que comerme la cabeza o pasar una hora larga delante del ordenador rigiendo y corrigiendo frases. Basta con transcribir un fragmento de sus declaraciones a la edición española de "Rolling Stone" de diciembre de 2008 para que las entrada quede perfecta. Allá va.

"El musical C (Cosmos) lo quiero estrenar el 21 de diciembre de 2012 en la Riviera Maya, porque es cuando pronosticaron los mayas el fin del último katún, y según ellos terminará el mundo. Fíjate lo listos que eran que ellos ya habían predicho todas estas crisis. Sí, sí. Entonces es cuando terminará el mundo tal y como lo tenemos concebido, en tres dimensiones, y entraremos en la cuarta dimensión, que no es más que otra forma de conciencia, y los hombres que queden tendrán que relacionarse de otra forma. Y yo lo entiendo. De hecho, los analistas económicos dicen que la crisis fuerte va a volver en 2010. Esto es sólo un aperitivo".

Y eso que sólo se mete nueces e infusiones. De peyote, supongo. Gracias, Nacho.

13/12/08

LA PEÑA SANOTA

El ser humano suele dar bastante asco, más por dentro que es todo mierda y vísceras, pero por fuera los comportamientos que adoptamos para ser aceptados en cualquier círculo (clubes de acampada, Asociaciones OVNI…) nos hacen incluso más asquerosos que si nuestra piel fuera transparente y pudiéramos entrever como los jugos gástricos convierten en caca el desayuno.

Entre los peores esfuerzos que puede hacer un humano por encajar está el de transformarse en miembro de la “peña sanota” ¿Cómo es? Es esa gente que se considera así mismo “normal” y que, bajo ningún concepto, quiere “comerse o que le coman la olla con idas de pelota”. El sanote es un paisano incapaz de no sucumbir ante cualquier moda estúpida seguida ya sea esta ir al mismo discopub donde va todo el mundo a escuchar el mismo mix de Papito-Shakira-último ganador de OT y soportar unas colas del quince y muy señor mío, bajarse un politono en el móvil con el “¿Por qué no te callas?” o, remandar powerpoints con chistes sobre lo tonto que es Zapatero. El sanote, amante de la aglomeración, acaba por integrarse dentro de un rebaño humano llamado “La peña sanota” que se saluda, hipersecretamente en plan masón, con un aullido audible a tres cuadras consistente en un “¡Esssssaaaaaa peñiaaaaa!”. Tras los abrazos, todos al botellón, a ser normales a beber del vaso de plástico al lado de un coche con la suspensión jodida por culpa de la reverberación de los subwofers de donde solo pueden salir canciones canturreable. El sanote ama a su peña y se hace un myspace, tuenti o facebook donde mostrar sus fotos de “pedo” (un pedo sanote, claro,los chuzos son los otros) e intercambiarse mensajes donde puedan reírse a gusto de toda la gente que pierde su juventud por no ser una “caxonda” y una “fiestera”, por comerse la olla con cualquier problema que, en realidad para él tiene una fácil solución: inmigración…todos al mar…políticos…todos unos vendidos pero yo soy de derechas…bodas gays…que no lo llamen matrimonio, que lo llamen gente que se da por el culo o se soba la chirla. El sanote alcanza el nirvana cuando una reportera de Callejeros o similar aparece en su abrevadero favorito. Entonces, muy serio, aguantando la risilla de los dos güiscazos, se pone frenta a cámara y dice: “Aquí viene la peña a beber, a no comerse la olla y a no tomar drogas…que aquí somos sanotes”. Después agarrado a unos cuantos colegas empezará el baile de la peña sanota, que según indican ellos mismos “es la risa”, consistente en un berrido gutural y unos saltitos o quemarán a un vagabundo según sea el requerimiento del reportero. El “sanote”, si es que la selección natural de la ecuación coche+motor trucado+alcohol no hace su trabajo, terminará sus días viviendo en una urbanización junto a su novia, si es que esta no se ha fugado con un boy de la última despedida de soltera, ejerciendo de “sanote” y falleciendo de un fallo coronario tras haber pasado una vida en la que ni un libro, ni una película, ni un cuadro le han permitido “comerse la olla” ni por una nanocentésima de segundo, sin haber corrido ni un solo riesgo innecesario como escuchar un grupo en inglés. Con el hígado al jerez pero con el cerebro intacto el alma alienada de nuestro sanote exhalará pensando en que una corte de ángeles celestiales lo recibirá allá arriba con un “Esssaaa peñía buenaaaaaaa”.