Todos sospechamos que Miguel es a Bimba lo que Bimbo es a Hacendado, pero algunos investigadores van más allá y apuestan a que no sólo su minipop es el mismo sino que además ellos mismos son la misma persona. Durante la mayor parte de las fases de la luna Miguel es Miguel, pero justo en la luna nueva el autor de versos como "Como una intrépida libélula ante el espejo toda incrédula pone un reparo a su extrafécula, ¿yo me la como o no?" convulsiona, le salen tatuajes melanomórficos all over his/her body, y retorna a la carne mortal bajo el avatar de Bimba, la modelo andrógina.
Y no es andrógina, hostia, no es andrógina, que parecéis bobos, sino andrógena, -consúltese el diccionario si hiciere falta-, porque tanta pedantería, tanto esnobismo, tanta mala música y tanto niño bien alternativo sólo consigue que a un humilde servidor se le hinchen los cojones.
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