28/11/08

EL SEXO TÁNTRICO

Ayer puse la tele, quizá Antena 3, y salía un hombre y una mujer apelmazaos una sobre otro. La ilusión de estar en manos de una peli porno se evaporó pronto: un programa sobre hábitos sexuales ilustraba las maravillas del sexo tántrico. ¿Sexo qué?, dirán. Se lo explico, que para algo están los programas de divulgación. El sexo tántrico es una práctica sexual oriental MILENARIA que tiene TRES OBJETIVOS: la PROCREACIÓN, el PLACER y la LIBERACIÓN. “Vaya lío pa tan poco, ¿no?”, pensamos los que somos más de follar en los montes. Qué va, amigos: según los dos protagonistas de video (ella, una chica melenuda y, él, un chico melenudo), los occidentales “resuelven el sexo de manera incorrecta, no dejan fluir la energía en esos ocho o diez minutos que copulan”. Impactante declaración: ¿ocho o diez minutos? ¿tanto?

El sexo tántrico trata de hacer conscientes a los individuos humanos que al noble acto de meterla hay que dedicarle más tiempo. Horas y horas, repiten. Horas y horas y horas en las que la mujer se coloca encima del mastuerzo y con movimientos acompasados hace que entre ambos fluya la energía cual enchufe y empalme. ¿Eso significa que si coloco un transformador entre ambos no tendré que volver a pagar a Iberdrola? No exactamente... significa que el acto equilibra las energías asociadas a los canales “pranicida” y “pingala”, de sobra conocidos en todas las facultades científicas del mundo. Pues nada, que a “movese” mucho mucho tiempo para culminar en el “samadhi” donde “ambas individualidades se disuelven en la consciencia cósmica del universo”. “Vamos, ¿se corren o no?”, preguntaría mi primo Ambrosio. No, querido primo, eyaculan hacia dentro, no sueltan ni prenda líquida. Mantienen sus fluidos bien guardados, no se les vayan a perder.

Termina la entrevista televisiva y los dos primates evolucionados justifican una y otra vez el sexo tántrico con palabras esotéricas: “alma”, “energía”, “consciencia cósmica”... vamos, como hacen Sánchez Dragó o Sting. Eso sí, mientras dicen “mantra” o “tantra” o “gurú” se ve un brillo en sus ojos, millones de animales gritando dentro, millones de años de evolución después, se descubre una sudoración insana indicando que en cualquier momento él o ella se abalanzará sobre él o ella y, al grito de “ven pa’ca, moren@”, se ahogarán las putas tonterías orientales en el semen nuestro de cada día.

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